El pan a pala
Mariana faena. Se despierta cuatro y media, cinco de la madrugada, y susurra una canción de cuna para su hijita más pequeña —de dos años— que se queja entre sueños. Una vez arriba, apronta
Mariana faena. Se despierta cuatro y media, cinco de la madrugada, y susurra una canción de cuna para su hijita más pequeña —de dos años— que se queja entre sueños. Una vez arriba, apronta
Es martes y llueve como si alguien en el cielo estuviera enojado. Volvieron a formarse arroyos en las calles, el Mapocho tiene pinta de río también. Como buenos capitalinos, vamos en manada, cruzamos
Las historias que importan
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