Wildblumen

Tres de cada cuatro plantas comestibles en el mundo requieren la polinización asistida específicamente por abejas. El planeta sufre la amenaza de su extinción y los últimos apicultores artesanales afrontan entornos cada día más hostiles.
Ésta es la historia de un mentor y su joven aprendiz en el desafío de producir miel silvestre. Un retrato de la vida rural patagónica argentina, los cambios sociales con la irrupción de las nuevas tecnologías en los pueblos, y el intento por transmitir el legado en el arte del cuidado de las abejas.

Un documental de Migue Roth / Angular

“Me pregunto si podremos repararlo —dice Fede Rost y sorbe un mate—. Me pregunto si nosotros acá en el pueblo… siendo tan pocos. Si podremos resistir, digo, si lograremos cuidarlas.”

Sus condicionales saben amargo, como la bebida. De fondo se oye el murmullo del viento pampero que hace bramar los eucaliptos del boulevard y levanta tierra seca de las calles áridas en el invierno patagónico. 

“Me pregunto si estaremos a tiempo, y si valdrá la pena.”

Fede vive junto con su compañera Rocío y siete perros bien-de-campo —inteligentes, afectuosos— en Colonia Santa Teresa, un pueblo argentino de 550 personas, que respira una cadencia apacible. Y como escribió Whitman: “la paz siempre es hermosa”.

Aunque las preguntas de Fede denotan angustia. Y tiene motivos:

Según el estudio Declive mundial de la entomofauna: una revisión de sus impulsores —publicado en la revista Science, el desplome de las poblaciones de abejas es crítico debido a su papel fundamental en los ecosistemas, que podrían derrumbarse ante la falta de estos pequeños seres vivos. En las últimas décadas se ha registrado disminución de colmenas en todo el mundo; han muerto miles de millones y las proyecciones de los últimos tres años son peores. 

Entre las principales amenazas se encuentra la degradación de sus hábitats, el cambio climático, las prácticas agrarias, el abuso de los suelos, los incendios y las especies exógenas. Las causas agrarias en particular toman forma en el uso de prácticas de la agricultura industrializada, como los monocultivos, que se traducen en menos diversidad y disponibilidad de alimento, así como plaguicidas tóxicos para estos seres vivos y los humanos.

FICHA TÉCNICA:

Título: «Wildblumen».

Protagonistas: Federico Rost, Pablo Schneider.

Dirección: Migue Roth.

Producción: Angular.

Música: Garth Stevens.

Guión / Montaje: Migue Roth.

Sonido: Studio Angular / Mauro Aranda.

Color: Kevin Utz.

Locación: Cnia. Santa Teresa, La Pampa. Patagonia, Argentina.

Idioma: Español (subtítulos en portugués e inglés)

Duración: 30min.

Género: Documental independiente.

De manera inicial, los estudios señalaban a que los posibles factores de la desaparición de las abejas fueran agentes patógenos (como el Varroa destructor), parásitos (como el Nosema apis, que ataca su sistema nervioso), el estrés derivado del ambiente o por el manejo de las colmenas, que causa malnutrición de los insectos —afirma Elisa Hernández y Carlos López Morales, investigadores de la Facultad de Ciencias y de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México—. Y aunque hay porcentajes de pérdidas por estas causas, los estudios se han reorientado a otras posibilidades como los efectos de los pesticidas en las comunidades de melíferas.

¿Es el ocaso?

Tal vez. 

“Si dejamos que se llegue al grado de que queden muy pocas [abejas y abejorros], es muy difícil recuperarlas —sostiene un investigador—. La buena noticia es que, si llevamos a cabo acciones de conservación bien enfocadas en los factores que están causando la extinción, en la mayoría de los casos es reversible”.

Hay opciones: la agricultura comunitaria de pequeña escala tiene un papel esencial en el mantenimiento de los estilos de vida rurales, la protección de estos oficios de cuidado y el combate a la pobreza. Por otra parte, “a corto plazo, el primer paso es prohibir los productos tóxicos para las abejas —exige Greenpeace en un informe—. Y la solución definitiva es la adopción de la agricultura ecológica como única vía para una producción de alimentos respetuosa con todos los habitantes del planeta”.

Federico lo sabe, aunque también advierte que se necesitan más personas conscientes de la situación para que haya mejoras. Dice, además, que pasar el oficio no es sencillo: “menos ahora, que las tecnologías distraen tanto. Los pibes no se quedan en el pueblo. Y para los que se quedan, la responsabilidad les resulta extenuante.

No sé. Es difícil.

El esfuerzo es muy grande.

Los pequeños productores tenemos una lucha en enorme disparidad contra las corporaciones”.

Cada vez hay que buscar más, cada vez hay que ir más lejos. Cada vez queda menos monte.

Migue Roth

Realizador | Periodismo Narrativo

Graduado en Comunicación y en Fotoperiodismo; se especializó en Periodismo en la respuesta a las crisis humanitarias. Freelance y docente universitario. Editor y fundador de Angular. Recorre Latinoamérica con el foco puesto en las problemáticas sociales y sus transformaciones.

Autor del libro: «Sin piedad. Viaje a las sombras de la compasión sudamericana».