A veces pienso que el 20 de noviembre de 2016 formé parte de uno de los últimos lotes de venezolanos que llegó a Buenos Aires en un vuelo sin escalas, pagando el pasaje en bolívares, y sin tener que atravesar media Venezuela en autobús para llegar a Brasil o a Colombia y desde ahí tomar un vuelo hasta Buenos Aires; o comprar un boleto en dólares —en un país en el que no hay libre acceso a divisas— y tener que asumir las distintas escalas que haría para abaratar su costo.

Por Nolan Rada

Sin embargo, todas las alternativas referidas, por incómodas o costosas que puedan ser, parecen mejores que dejar el país en balsa y correr el riesgo de morir antes de llegar a destino.  Ese año, 2016, 11.298 venezolanos solicitamos la residencia temporaria en Argentina. Un año después, en 2017, la cantidad de inmigrantes venezolanos que lo hicieron aumentó a 27.075. En un  marco que distintas voces han definido como de “crisis humanitaria” —debido a la crisis económica y política que afecta los distintos sectores de la sociedad, especialmente el sector salud y alimentación—, los venezolanos ven en Argentina una opción atractiva —pese a ser la segunda inflación más alta de Latinoamérica— por la facilidad para residenciarse legalmente a raíz de los beneficios migratorios entre los países del Mercado Común del Sur (Mercosur).

A medida que avanza el tiempo, tanto argentinos como venezolanos parecemos sorprendernos de la cantidad de inmigrantes que ha llegado durante los dos últimos años. Puedes encontrar venezolanos casi en cualquier tipo de empleo, aunque la atención al cliente en sus distintas ramas sea uno de los principales espacios de ocupación laboral. Con los encuentros, suele producirse la inevitable referencia al presente del país.

Durante 2017, al menos una decena de manifestaciones se produjeron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el lapso comprendido entre abril y agosto, meses dentro de los cuales se registraron enfrentamientos casi diarios entre ciudadanos opositores al gobierno de Nicolás Maduro y fuerzas policiales y militares del Estado. Con la elección de la Asamblea Nacional Constituyente cesaron el volumen de las protestas y de los enfrentamientos, que dejaron más de un centenar de muertos.

Este ensayo reúne buena parte de las manifestaciones que ciudadanos venezolanos, en su mayoría, realizaron en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, la Plaza San Martín, la Embajada de Venezuela o el Subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

1. Facultad de Derecho

Más de 200 venezolanos se agruparon en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires para protestar contra el gobierno de Nicolás Maduro, a raíz de la ola represiva que se produjo ante las manifestaciones en algunos estados de Venezuela. La movilización fue convocada a escala global por la ONG Un Mundo sin mordaza el 15 de abril de 2017. Para el momento, cinco personas habían fallecido.

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2. Línea A

Una mujer se marcha a paso rápido y llorando tras observar la manifestación de un grupo de venezolanos el 9 de mayo de 2017 en uno de los pasillos de la Estación Perú de la Línea A del Subte de Buenos Aires. Hasta el 5 de mayo, la cantidad de fallecidos durante las protestas en Venezuela había llegado a los 50.

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3. #ViralizaLaRepresión

#ViralizaLaRepresión fue el lema de la manifestación del 9 de mayo de 2017 en la Estación Perú de la Línea A del Subte de Buenos Aires. Los manifestantes asistieron con banderas, pancartas, imágenes con algún rostro de los fallecidos durante las protestas en Venezuela y fotografías registradas durante los choques entre ciudadanos y cuerpos policiales y militares del Estado. En la imagen, una fotografía tomada el 3 de mayo por el Ronaldo Schemidt para AFP.

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4. En la embajada

El domingo 14 de mayo de 2017 la manifestación de venezolanos se produjo en la Embajada de Venezuela en Buenos Aires, ubicada en la Avenida Luis María Campos. La Embajada se encontraba protegida por piquetes. Los manifestantes asistieron con flores, pancartas y consignas en papel que pegaron en los piquetes. 52 fallecidos se contaban para el momento.

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5. Rezo 65

Una señora reza mientras se guarda un minuto de silencio por los manifestantes fallecidos durante las protestas en Venezuela. Esta movilización se produjo el sábado 20 de mayo de 2017 en la Plaza San Martín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Durante la protesta, se simuló un cementerio con lápidas para cada uno de los fallecidos. Edy Terán murió ese sábado en Valera, estado Trujillo, al recibir un disparo en el pecho. Tenía 23 años. Fue el asesinato número 65.

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6. Hacer memoria

Un grupo de alrededor de cuarenta personas, en su mayoría venezolanos residenciados en Buenos Aires, protestó el sábado 27 de mayo de 2017 en el edificio del Archivo Nacional de la Memoria, dentro del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. El lugar fue escogido para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) diese una rueda de prensa para explicar el balance de las sesiones realizada en Argentina. Venezuela dejó de regirse por la Convención Americana sobre Derechos Humanos el 10 de septiembre de 2013. Esta fue al menos la séptima protesta realizadas por venezolanos en Buenos Aires desde que comenzaron las protestas de forma sostenida en Venezuela en abril de 2017.

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7. Flores y silencio

Para el 29 de julio de 2017 la cifra de fallecidos durante las protestas en Venezuela ya superaba las 100 personas. Ese día se produjo la muerte 138: Wilmer Flores, de 19 años de edad. En Buenos Aires, hubo otra manifestación de ciudadanos, en su mayoría venezolanos, al frente de la Embajada de Venezuela en la Ciudad Autónoma. Los manifestantes volvieron a pegar flores en los piquetes que protegían la sede diplomática y guardaron un minuto de silencio por los fallecidos. La ONG Foro Penal estima que 134 venezolanos murieron durante las protestas en Venezuela. 83% de esas muertes fueron por impacto de bala.

Nolan Rada

Periodista  |  Fotógrafo

Leyendo diarios deportivos en mi adolescencia, quise ser periodista deportivo. Leyendo crónicas en la Universidad Central de Venezuela, descubrí que quería ser cronista. Ahora me interesa la crónica deportiva como una oportunidad para representar aspectos sociales a través del juego; y el periodismo narrativo como una oportunidad para acompañar y conocer problemáticas e historias de primera mano. Crecí -y sigo colaborando- en Prodavinci. Hice radio. También soy fotógrafo.