Senegal y la salud mental silenciada

Con menos de un psiquiatra por cada 100.000 habitantes y una limitada infraestructura de atención, en Senegal la salud mental está colapsada. Los estigmas sociales y la desatención de las administraciones, especialmente en comunidades rurales con acceso limitado a servicios de salud especializados, exponen a abismos a los más vulnerables entre vulnerables.

Por Pablo Tosco  |  Angular

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los recursos destinados a la salud mental en el país son escasos, con menos de un psiquiatra por cada 100.000 habitantes y una limitada infraestructura de atención. El acceso a servicios de salud mental es particularmente difícil en áreas rurales, donde predominan las creencias tradicionales sobre las causas de los trastornos mentales, muchas veces atribuidos a fuerzas espirituales o sobrenaturales.

Por tradición, recursos y proximidad muchas personas buscan atención y cuidado en la medicina tradicional que no da respuestas a patologías y trastornos mentales. En este contexto, el Centro de Salud Mental Dalal Xel, cuyo nombre significa “paz del espíritu” en idioma wólof, emerge como una institución clave para brindar atención integral a personas que padecen trastornos mentales.

Ubicado en la región de Thiès, este centro no solo ofrece diagnóstico y tratamiento, sino que también se dedica a la rehabilitación psicosocial, la reintegración comunitaria y la lucha contra la discriminación. Con un enfoque holístico y humanitario, Dalal Xel se ha convertido en un referente en África Occidental.

Una vez al mes un grupo de psiquiatras, asistentes sociales y administrativas se trasladan a zonas rurales con el objetivo de hacer llegar la atención primaria en salud mental. Las escuelas primarias de Fatik y Richard Toll ceden sus instalaciones, las aulas se transforman en salas de escucha y cuidados y los patios en un espacio de sensibilización para la lucha contra el estigma y la exclusión.

Fatou acompañada emocionalmente de sus hermanos y hermana en su hogar de Richard Toll, sufre de trastornos de ansiedad desde hace 8 años, estuvo ingresada en un hospital psiquiátrico de Dakar pero la distancia con su comunidad de origen dificultaba que su familia pudiera cuidarla y una vez dada de alta dejo de asistir al centro para el seguimiento provocando una trágica recaída.

Fatou recibe la consulta del psiquiatra Dominique y la traductora. Cada mes tiene cita para un conversatorio y ajuste de la medicación, la recaída de hace un par de años provocada por la imposibilidad de asistir al centro de salud mental retraso la posibilidad de recuperación de regresar a estudiar.

Este proyecto de deslocalización de la atención psiquiátrica le dio la posibilidad a Fatou de recibir atención médica y suministros de medicamentos si tener que realizar grandes y costosos desplazamientos.

220 pacientes esperan su turno de atención y cuidados psiquiátricos en la escuela del barrio de Ranasaince en Richard Toll. A causa de la falta de infraestructura en los hospitales los profesionales de salud mental de Dalal Xel han solicitado a la escuela que la sesión de espacios para la atención a los pacientes.

Los pacientes llegan acompañados de familiares o amigos, viajan desde zonas rurales alejadas de los centros urbanos y cuentan con pocos recursos económicos para el transporte y los medicamentos, cada caso es atendido por los profesionales de la salud con sus particularidades, todas las personas con o sin recursos son atendidas

Esta situación se ve agravada por la falta de campañas de sensibilización que promuevan el conocimiento y la aceptación de los trastornos mentales como problemas de salud tratables. En muchas comunidades, el miedo al rechazo social o a la exclusión lleva a las personas afectadas y a sus familias a ocultar su situación, lo que perpetúa el ciclo de silencio y desatención.

Además, la dependencia de métodos tradicionales de curación, aunque parte de la identidad cultural, puede retrasar o impedir el acceso a tratamientos efectivos, dejando a miles de personas sin el apoyo necesario para mejorar su calidad de vida.

Fatou cocina Thiebuyen, comida tradicional senegalesa a base de arroz, verduras y pescado. Recuerda que antes le era imposible concentrase en realizar ninguna tarea inclusive algo que le encanta hacer que es cocinar.

Fatou mira las noticias por televisión en el living de la casa de su hermana, quien se comprometido con su proceso terapéutico, llevándola a las consultas psiquiátricas, regulando los medicamentos y fundamentalmente promoviendo la integración en su familia y a la comunidad.

Thierno lleva 2 meses internado en hospital Dalal Xel de Thies, fue atendido por primera vez en la localidad de Richard Toll. Llego a la consulta enviado por un curandero tradicional quien le recomendó buscar atención psiquiátrica ante la falta de soluciones por parte de la medicina tradicional.

Thierno, Aliou y Bubakar escuchan el relato de Baptiste en el patio del Centro Dalal Xel de Fatik. Muchas de las personas ingresadas fueron derivadas de las consultas realizadas en las comunidades remotas.

Maryama descansa en una de las habitación del centro Dalal Xel Thies tras una sesión de terapia ocupacional. Llego desde un pueblo rural del norte de Gambia en busca de atención psiquiátrica que en su país de origen no tenía.

La responsabilidad del Estado en esta crisis no puede subestimarse. A pesar de los compromisos internacionales asumidos, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU que incluyen la promoción del bienestar mental, las políticas de Senegal no han logrado priorizar la salud mental como una urgencia nacional. Los presupuestos asignados al sector son marginales, y los esfuerzos por descentralizar los servicios de salud apenas han tenido impacto.

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Pablo Tosco

Angular | Realizador multimedia

Foto-videoperiodista, comunicador social y máster en Documental Creativo. Desde 2004 documenta para Oxfam Intermón proyectos de cooperación, desarrollo y acción humanitaria en África, América Latina y Asia. Miembro fundador de Angular.