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Bolivia a toda costa

Leí la primera edición de Bolivia a toda costa en un bus camino a Vallegrande. De aquel viaje recuerdo con claridad cómo el chofer se empecinaba en sacarle filo al precipicio y en morder la banquina; me acuerdo de la cumbia al palo, de la apatía de la mayoría de los pasajeros frente al peligro de ir con un maniático al volante y del negro, que me decía transpirando acá nos matamos.

Viajes de perro

Dice Martín Caparrós que nunca estuvo muy de acuerdo con esa manía de llamar crónica de viaje —o algo por el estilo— a algunos libros. Que el impacto de un viaje en un relato, sea mayor o menor, no hace que lo esencial de la historia sea el viajar en sí, sino las cosas que nos revela. La pregunta es, entonces: ¿De qué trata Viajes de Perro?

Los ángeles de Lupe Pintor

Salcedo cuenta que nació en una ciudad sumamente chismosa, en donde el gran deporte cotidiano es comer prójimo, hablar mal de la gente y sobre todo chismosear sobre los hechos de la ciudad: «Barranquilla es el único lugar del mundo donde hay tanto virtuosismo en el chisme que la gente se permite chismosear en tiempo futuro.