Sayén, el símbolo del PampaDocFest, tiene la fuerza y la perseverancia femenina indígena; no de un pueblo particular: ella sincretiza la valentía y la bondad más allá de las fronteras. Por eso su maküñ pampa, que le da identidad, pero también el awayo andino y la vincha que portan los habitantes de las selvas: las geografías representadas en su atuendo y los colores vivos de la Pacha por esencia.
Su semblante serio y sufrido —como tantos en nuestras tierras— también muestra su lado indómito. Su mirada intensa connota historias con la misma profundidad. Por eso la cámara que porta: Sayén nos invita a ver y escuchar historias para conocer y aprender. Porque el cine que trae no es inocente o naif, sino intencional, como todo documental. Su abrigo indica que viaja: así como los chasquis que recorrían el Qapac-Ñan, Sayén es rapsoda. Intrépida y valiente: es el espíritu de nuestro PampaDocFest.